Duhalde propone democratizar el acceso a un lote de terreno para todas las familias humildes.
En su libro “América Latina, una tierra para todos” describe su experiencia de gestión como intendente y gobernador, y el recorrido que lo lleva a indicar “cómo hacerlo”. Carta de apoyo del Papa Francisco.
El ex Presidente Eduardo Duhalde acaba de publicar un libro en el que propone a las élites políticas y la ciudadanía en general una serie de acciones concretas para democratizar el acceso de las familias humildes a un lote de terreno para construir una vivienda digna.
Se titula “América Latina, una tierra para todos”, y en sus primeras páginas se transcribe una carta de apoyo que le envió el Papa Francisco.
Con la mirada puesta en un contexto post pandemia y para terminar con las recurrentes tomas ilegales, la proliferación de los asentamientos informales y el hacinamiento crítico que sufren miles de hogares en el Área Metropolitana, Duhalde plantea la urgente necesidad de una mejor y más igualitaria distribución de la tierra.
“Es indignante, una paradoja absurda que por un lado haya familias que tengan que ‘robar’ un pedazo de tierra para construir un proyecto de vida, mientras que por otro haya tierra de sobra en una región tan vasta como la de América Latina y Argentina en particular”.
Novedad editorial. Tapa del libro "América Latina, una tierra para todos" del ex Presidente Eduardo Duhalde.
Así señala el ex Presidente una verdad profunda, una preocupación que le viene desde que era muy joven, cuando trabajaba como empleado en la Municipalidad de Lomas de Zamora y un compañero le pidió ayuda porque una empresa inmobiliaria le había vendido una propiedad con un dominio irregular y lo querían a desalojar. (Según el INDEC, el 18% de la población del Conurbano habita en viviendas con tenencia irregular).
Desde entonces se comprometió con el tema de las tierras y se abocó a generar soluciones como una prioridad estratégica de su actividad pública.
Qué hacer con la tierra ociosa
En su libro, Duhalde rescata como antecedentes históricos que el Gral. Manuel Belgrano y Domingo Faustino Sarmiento, hace dos siglos, lucharon por la distribución de tierra ociosa a la población de menores recursos.
Belgrano reclamaba que se entreguen propiedades “a los que casi se avergüenzan de presentarse ante sus conciudadanos por su desnudez y miseria”. El creador de la Bandera nacional planteaba que “se podría obligar a la venta de los terrenos que no se cultivan, al menos en una mitad, si en un tiempo dado no se hacían las plantaciones por los propietarios, y mucho más se les debería obligar a los que tienen sus tierras enteramente desocupadas y están colinderas con nuestras poblaciones de campaña…”.
Duhalde plantea que el Derecho a la Tierra debería consagrarse como un Derecho Humano a nivel internacional.
Y Sarmiento tomó el pueblo de Chivilcoy como modelo de desarrollo y cultura del suelo, y propuso una Ley de Tierras que la Legislatura provincial aprobó en 1857.
En el debate parlamentario, argumentó: “El Estado debe conservar la tierra pública para servir a las necesidades de todos. El peón necesita que haya tierra pública para hacer una casa y una heredad con sus ahorros futuros”.
Dicha norma legislativa constituyó un importante factor de progreso para el quehacer agrícola y 20.000 labriegos de la zona pudieron, mediante el pago de un valor módico, tener acceso a la propiedad de las tierras que trabajaban y ocupaban.
Ese pensamiento de ambos próceres parece haber guiado los pasos de Duhalde.
En su libro reivindica las políticas que aplicó desde la gobernación de la Provincia de Buenos Aires. La creación de la Secretaría de Tierras y Vivienda. La Ley nacional de Regularización Dominial de los asentamientos informales. La producción de suelo urbano en zonas aledañas a las ciudades. El Plan Familia Propietaria a través del cual se entregaron terrenos a un valor módico a miles de bonaerenses. Y la construcción récord de viviendas sociales en la provincia.
Podría pensarse que este libro es un típico y tedioso informe de gestión. Pero no es así. Incluye diálogos, confesiones, anécdotas personales, testimonios de especialistas latinoamericanos y algo inédito: una Guía de Procedimientos para que cualquier intendente, gobernador o presidente pueda implementar paso a paso una política integral de tierras que garantice la justicia y dignidad social a las familias.
“Con un Estado fuerte, las ocupaciones ilegales de tierras no existirían”
“En lugar de permitir los asentamientos informales, el Estado debe poner al alcance de cada familia que no sea propietaria, todo lo que ésta necesite para que pueda adquirir legalmente un lote de tierra, abonándolo en cuotas sociales y accesibles, donde posteriormente puedan edificar su casa”.
“Con un Estado fuerte –enfatiza Duhalde– las ocupaciones ilegales, no existirían. Hay dos conceptos muy importantes que tienen que tener en cuenta los políticos elegidos para gobernar: orden y control”.
¿Quién puede estar en contra de promover la ampliación del acceso a la tierra urbana para vivienda? El ex Presidente responde: “Los ignorantes, los soberbios, los miedosos, los corruptos”.
El Derecho a la Tierra
En otro orden también plantea la necesidad de que el Derecho a la Tierra sea reconocido como un Derecho Humano en la jurisprudencia y los tratados internacionales. Y expresa su esperanza de que la revolución femenina que hoy se está produciendo en el mundo, reivindique el Derecho a la Tierra urbana para vivienda como una cuestión específicamente importante para la igualdad de género. “Ahora, a las mujeres las necesitamos más que nunca”, sostiene Duhalde.
El libro cuenta con prólogo de la Arq. Marcela Bianchi Silvestre y fue editado por Universidad del Salvador (USAL).
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El autor de la nota es periodista y escritor.